Historias de San Luis: El Mirtho
Por Nino Romero.
“EL MIRTHO” es un sobrenombre de nuestro artista Carlos Daniel Fernández, el Tenor del Pueblo. Si alguna vez me autoriza el destacado colega, poeta, y referente de la cultura, Fernando Pedernera, contaré la historia del sobrenombre, porque tiene que ver con ellos.
Daniel cumplió 57 años el pasado sábado 8 de febrero. En San Luis (puedo equivocarme) hay una sola referencia que lo recuerda con su nombre: una calle en Potrero de los Funes.
Se habló de su nombre para la Casa de la Cultura en Juana Koslay, o de algún escenario o de algo más para recordar a un artista del que la mayoría sabemos pocas cosas, pero que tuvo y tiene trascendencia internacional. Si no me cree busque en Google. Y eso que verá no es todo. Hay descripciones que resumen todo, como varios poemas escritos por Fernando Pedernera, que pintan como es Daniel. (Disculpe, pero me cuesta escribir en pasado). Tomaré la licencia de citar versos de sus poemas “Evocación” y “Querido Tenor del Pueblo” como un humilde homenaje de El Chorrillero.com recordando el cumpleaños de un gran artista de la provincia de San Luis.
Ese del Fiat seiscientos
con que corría picadas
que ganaba por escándalo
cuando su rival chocaba.
El que estudió en Río Cuarto,
donde descubrió el amor,
que fue a ser veterinario
y prefirió ser cantor.
Primer tenor del conjunto
Armonía Americana,
y solista en cuanto coro
que a su arte convocara.
Ese que, por las Uropas,
fue a la Scala de Milán,
cantó y no lo convencieron
de que se quedara allá.
Talento poco frecuente
en San Luis y en la Argentina,
hasta la calle Corrientes,
lo lució en sus marquesinas.
Qué decir si aparecía
en la pantalla pequeña,
donde era respetado
por los grandes de la escena.
No obstante, por formación,
el azar lo llevó a España,
con Montserrat Caballé,
lejos del Sulo y Ñiñaña.
Que junto con Pablo Skert
formó el dúo Los Tenores,
con el que supo de aplausos,
viajes, un disco y amores.
¿Por dónde andarán tus trinos
glorioso Daniel Fernández?,
el cantor de sutilezas,
el tenor de la voz grande.
De Luciano Pavarotti
al gran Eduardo Falú,
con versos de Ernesto Sábato,
junto al Coral Santa Cruz.
Nos dejaste en nuestras almas
toda la miel del recuerdo,
tu jardín de mil canciones
florecidas en el tiempo.
Resonará en libertad
tu cantar hecho simiente,
querido amigo, salud,
donde quiera que te encuentres!
Tempranero como el alba,
tan antes, como un lucero,
te fuiste en gira postrera
querido tenor del Pueblo.
¡Cómo no evocarte, Mirtho,
con tanto que compartimos!
Te extrañamos hasta el cielo.
Protegenos. Tus amigos